Historia del Camino
El camino de Santiago es la ruta o rutas que durante más de diez siglos han recorrido personas de toda condición que anhelaban llegar en peregrinación a la tumba del apóstol Santiago. Esta tumba o sepulcro es el origen y la meta de las peregrinaciones. No hay un solo Camino de Santiago, sino tantos como peregrinos.
El camino principal, más conocido como camino francés, discurre desde el Pirineo por: Roncesvalles, Pamplona, Puente la Reina, Logroño, Burgos, León y Santiago de Compostela. Se fraguó en los albores del siglo IX.
En el año 950, llega a Santiago el obispo francés Gotescalco de Le Puy (primer peregrino del que hay constancia histórica). En los dos siglos siguientes a la aparición del sepulcro del apóstol Santiago, se consolida el Camino de Santiago: se fijan distinta rutas, se levantan puentes, se construyen albergues, hospitales, monasterios y pueblos para atender las necesidades de los peregrinos, lo que contribuyó a dar seguridad a los devotos que iban a Santiago, constantemente atemorizados por los bandidos.
El Papa Calixto II institucionaliza el año Santo Jacobeo y su sucesor, Alejandro III ( 1159-1181 ),mediante la Bula Regis Aesterna, otorga la gracia del jubileo a los que vayan en peregrinación a Santiago los años en que el 25 de Julio coincida en Domingo, impulsando así las peregrinaciones a Santiago durante la Edad Media.
A principios del siglo XVI, por temor a las incursiones de los piratas ingleses en las costas gallegas, el obispo Juan San Clemente esconde el cuerpo del Apóstol y de sus discípulos en el ábside de la catedral. Los restos permanecieron ocultos más de tres siglos, hasta 1884, fecha en que León XIII declara la autenticidad de los mismos, siendo venerados hasta la actualidad.